-

 
 

ARTÍCULOS DE CÁDIZ COFRADE 

 
 

 Los andares de las cofradías gaditanas: ¿evolución o involución?

   Una vez acabada la Semana Mayor, en numerosos balances y tertulias de nuestra ciudad se hablan y se discuten, entre otros temas que conciernen a las cofradías, los problemas -por muchos que no quieran verlo o reconocerlo- que la lentitud en el discurrir de un cortejo procesional acarrea incluso en el orden público (concretamente con las sillitas y campamentos urbanos en esquinas y calles de paso).

Lo que debería suponer un disfrute de los sentidos para el espectador, se convierte en una tortura para el cuerpo y los pies, una auténtica penitencia para el que presencia el paso de una cofradía, ya no digamos cuatro o cinco sin moverse de una misma acera, y lo más hiriente, un calvario para los que componen el cortejo procesional, con parones interminables, que provocan a corto y medio plazo la huida masiva de hermanos de las filas nazarenas, que no pueden soportar, por diversas cuestiones, el poder vestir la túnica de su hermandad. Todos los años se pone encima de la mesa esta problemática, pero de momento las hermandades, salvo excepciones, no parecen contemplar esta circunstancia.

 

Si algo es absolutamente irrebatible es la excesiva lentitud en el paso de una cofradía, cerca de una hora para ciento cincuenta penitentes y dos pasos nos parece exagerado. No estamos buscando la excusa perfecta para hacer campaña de otras formas de carga, por supuesto que no tenemos interés en perder una de nuestras señas de identidad, pero es inadmisible que cuanto más pasan los años, más tardan las cofradías en discurrir su itinerario, y que a este defecto se le debe poner solución.

Para comprender esta afirmación, y complementar el artículo publicado referente a la participación nazarena en los cortejos, queremos presentar un pequeño estudio comparativo de las hermandades que hicieron el pasado 2017 un callejero, si no idéntico al menos similar, al año 1977, con el objeto de que sea lo más veraz posible. Cuarenta años nos bastan para ver la involución que se ha llevado a cabo en este sentido. Aunque se trabaje mejor la forma de llevar de los pasos. Queremos demostrar que se puede cumplimentar el recorrido previsto en menos tiempo, o, incluso, ampliar el itinerario con nuevas calles en las mismas horas que lo hacen hoy día. Eso sí, hay que tener en cuenta en este estudio la no entrada en la Catedral, con lo que al tiempo de diferencia entre ambas fechas habría que aplicarle una media hora aproximadamente que necesita una hermandad en hacer la Estación Penitencial en la Seo Catedralicia.

Borriquita salía del Carmen, ahora de San José, y Despojado no estaba ni en la imaginación de los cofrades. La Cena salía a las siete  y entraba a la una, media hora más que el año pasado. Las Penas de San Lorenzo efectuaba su salida a las siete y media de la tarde y se recogía a las doce de la noche, cuatro horas y media. En 2017 salió tres horas antes para recogerse tres cuartos de hora antes. Hablamos de dos horas y cuarto más si bien es cierto que tuvo que llegar por el Pópulo para entrar por Pelota. Humildad y Paciencia salió en 1977 hora y cuarenta minutos más tarde, y entraba tres cuartos de hora después, por lo que también ha añadido tiempo y recortado recorrido ( entonces tomaba San José y Plaza de Mina).

Para entender las vueltas que ha dado nuestra Semana Santa, nos basta el botón del Lunes Santo. La Palma entonces entraba la tercera, igual que ahora, pero no estaba Prendimiento, y Vera-Cruz continuaba  a Nazareno del Amor. La hermandad viñera salía a las seis -dos horas y cuarto después- y entraba una hora y cuarenta y cinco minutos más tarde, con el añadido de hacer Estación en el antiguo Hospital de Mora y transitar a la vera de la Playa de la Caleta, en una estampa imborrable para aquellos que la pudimos conocer. Y todo sin ser ésta una cofradía 'sospechosa' de ser lenta en la calle, pero que al fin y al cabo, también se debe a los tiempos de paso en la Carrera Oficial.

Curiosamente, el Nazareno del Amor tardó el mismo tiempo en efectuar su itinerario previsto saliendo y entrando una hora más tarde, pero con la salvedad que en aquellos tiempos la cofradía salía dirección Alameda Apodaca para pasar junto al monumento a San Francisco Javier, y recorrer la Plaza Argüelles, Manuel Rancés y Beato Diego hasta volver a alcanzar San Francisco. Casi nada, y en los mismos tiempos que 2017. Vera Cruz es de las pocas que se mantienen, contando, eso si, que su recorrido difiere del actual, saliendo entonces hacia Tinte, Mina, San José, Hospital de Mujeres, Topete, Columela y Palillero y volviendo de nuevo por San Antonio, Presidente Rivadavia, San José, Plaza Mina y Tinte.

El Martes Santo se puede decir que puede ser una de las jornadas que más se ha ralentizado conforme han pasado los años. Jesús Caído la excluimos de la comparativa por su cambio provisional de sede. Ojo a Piedad, que salía a las ocho y cuarto, dos horas y media más tarde, y entraba a la misma hora. Es verdad que su recorrido dista del actual, llegando al Palillero por Compañía y Columela, y volviendo por Zaragoza, Cervantes, Gaspar del Pino, San Miguel, Barrié y de nuevo Topete y Compañía. Pero no olvidemos que también todas llegaban hasta la Plaza de San Antonio. Columna salía cuarenta minutos más tarde y se recogía diez minutos después, pero su recorrido tenía un añadido, se adentraba por Zaragoza, Cervantes, Benjumeda, y rodeaba la Plaza de San Antonio, para tomar Presidente Rivadavia. Ecce Homo, con itinerario muy similar, ponía la Cruz de Guía en la calle a las ocho, dos horas después, y entraba veinte minutos después. Sanidad en 1977 no procesionó, al año siguiente salió a las doce de la noche del Viernes Santo y entraba a las cuatro, en 2017 fueron seis horas y cuarto. En definitiva, la mayoría amplían una media de dos horas su estancia por las calles de la urbe gaditana.

Ya en el Miércoles Santo, las Aguas tampoco la valoraremos por el cambio de Iglesia de salida, Sentencia Sale una hora antes y se recoge media después, Cigarreras, de salir a las nueve menos cuarto entonces, veinte años más tarde lo hace a las cinco, casi cuatro horas antes, y se recoge sesenta minutos más temprano. Tres horas más para hacer exactamente el mismo recorrido. Angustias que tampoco ha tocado su itinerario en estas cuatro décadas, salía a las nueve y cuarto para entrar a la una y media, por lo que también suma añadido, lógico por llevar a las otras tres corporaciones delante una buena parte del recorrido.

LLegamos al Jueves Santo. Huerto salía una hora después pero se recogía en la Catedral a la una de la madrugada. Afligidos tampoco es valorable, entonces tomaba la antígua Cruz Verde para salir a la Plaza Libertad, Topete y Columela, saliendo a las nueve y recogiéndose a las dos, aproximadamente el mismo tiempo que está hoy día en la calle. Y Jesús Nazareno, que salía media hora más tarde, y se recogía, según el horario previsto, a las cuatro, hora y media antes que ahora. Por lo tanto, dos horas más en un itinerario con pocas diferencias al del pasado año. Medinaceli, sale dos horas y cinco antes, y entra hora y media después. Es cierto que ni a la salida ni al regreso tomaba el barrio, pasando entonces por el mítico Arco de la Rosa, pero entendemos que duplicar el horario en la calle nos parece cuanto menos llamativo. ¿Puede ser la causa de la bajada ostensible de su acompañamiento? Juzguen ustedes. Descendimiento salía en 1977 en la noche del Viernes Santo a las nueve y media, entrando a las dos y media de la madrugada, cinco horas, las mismas que ahora, pero llegando a Palillero por Columela, y regresando a San Lorenzo tras pasar por Torre, Moreno de Mora, Pastora, Plaza Tío de la Tiza, Cardoso, etc. Perdón no salió en 2017, pero sus horarios ya sabemos que se han mantenido casi intactos en su historia, saliendo a las tres y entrando en torno a las nueve.

El Viernes Santo no podemos valorar a Siete Palabras, aún no reorganizada, y Servitas, ya en vísperas,  Expiración salía a las siete y entraba a la una menos cuarto desde la Castrense, una hora más estuvo el pasado año, pero saliendo desde Santa María. Buena Muerte es otra de las excepciones, salía en 1977 hora y cuarto antes, y entraba una hora antes, por tanto, sin apenas variación. Ecce Mater Tua aunque ha variado su recorrido en varias ocasiones, viene a estar más o menos unas tres horas.

El Sábado Santo, Santo Entierro salía tres horas después, para entrar sólo tres cuartos de hora después, teniendo como variantes su salida hacia Arquitecto Acero y tomando Compañía y Columela para llegar al Palillero.

En definitiva, muchas de nuestras corporaciones penitenciales han ido añadiendo minutos a lo largo de estas cuatro décadas con pocas variaciones en metraje, algunas incluso con recorridos mucho más amplios necesitaban de menos tiempo que en la actualidad y otras, las más llamativas, con itinerarios casi idénticos recurren a horas extras en comparación a otros tiempos. Razones se nos antojan pocas: ahora las esquinas se toman con más tranquilidad, y se tiende a caminar cada vez menos a paso tambor, con lo que ganar metros sin interpretación musical es algo que ya no contemplan fiscalías, para mejoría de la estética pero que confiere avanzar con más lentitud. Sumen a ello las paradas interminables, y sus propias conclusiones.

 
 
 

Jesús Sánchez Pavón. Abril de 2018.

 

 
 

VOLVER

INDICE DE CAPITULOS