Glorias

       

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V - Una obra del Escultor Pires Azcárraca


 

Ángel Mozo Polo 

Académico Correspondiente  de la Real de Bellas Artes de Santa  Isabel de Hungría de Sevilla y Vicesecretario del Ateneo de Cádiz.

Fotografía de Rafael Rovira Ocejo

Cádiz,   julio de  2006

          

        Aunque muy relacionado con nuestra ciudad por lazos familiares y afectivos, este escultor e imaginero gaditano, contemporáneo nuestro, no es suficientemente conocido a pesar de contar entre nosotros una obra suya sumamente bella y muy devota: la escultura de la Virgen del Carmen sedente que preside el altar mayor del monasterio de las carmelitas descalzas del barrio de San Carlos. 

        Nace Pires en Cádiz en 1910, hijo de portugués y de santanderina y fallece en Barcelona el día 2 de enero de 1989, a los 79 años de edad después de dejar en varios puntos de España — Cádiz, Sevilla, Barcelona —y de Portugal y Angola, muestras de su arte. 

        No es muy difícil establecer y confeccionar, con total certeza, una exacta biografía de este artista pues hay algunas lagunas y errores que creo difícil aclarar. Por ejemplo, en todas las biografías y notas que historiadores del arte en Andalucía como Alberto Villar Movellán, Juan Luis González Gómez, José Roda Peña, Manuel J. Gómez Lara, Jorge Jiménez Barrientos y Jesús Palomero Páramo, publican sobre la obra aparentemente escasa de Pires en Andalucía, dan como segundo apellido del escultor el de "Azcárraga", cuando en un documento, casi oficial, como puede ser la esquela publicada en la prensa gaditana con motivo de su fallecimiento y de la posterior misa que sus familiares residentes en Cádiz, le dedican en el oratorio de San Felipe Neri, el día 19 de enero de 1989, el segundo apellido que aparece es el de "Gutiérrez". Ahí tenemos, por tanto, un pequeño escollo para establecer ya una identidad exacta del artista. Pero mi idea sigue siendo poder confeccionar una lo más verdad posible y establecer, de una vez por todas, el destino de su obra muy repartida y en parte ya desaparecida. 

        Ciñéndome a lo que iba a hacer y será el punto importante de esta mini-biografía del artista y de su obra más emblemática entre nosotros como es la hermosa Virgen del Carmen de las carmelitas, es ésta una obra realizada en los años posteriores a nuestra guerra civil y es encargada al artista gracias a la amistad que se establece entre la comunidad y el escultor, cuando éste pasaba en nuestra ciudad grandes temporadas. 

        Las características iconográficas de esta talla son las peculiares en toda la estatuaria de Pires; un cierto gigantismo muy común en toda su obra, una  obediencia total al neobarroco sevillano y un detenido estudio de la imagen en sus facciones. Tanto  la  belleza  de  la Virgen como la del alegre Niño Jesús que muestra sobre sus rodillas,   son  claros exponentes de que Pires, había  bebido  en las fuentes de los maestros de la  imaginería sevillana. Tiene la Virgen del Carmen, de este monasterio gaditano, un  gran atractivo en su hermoso rostro y su cabeza baja parece acoger amorosamente a  sus  devotos a los que entrega el escapulario. Es una talla de madera estofada y policromada  que hace unos pocos años ha  sido restaurada  por Adela Leonsegui.   

Retablo de la Virgen del Carmen del Monasterio de las Carmelitas Descalzas. Plaza de Arguelles. Fotografía de Rafael Rovira Ocejo

        Pires tuvo también que ver con la antigua talla que hizo Bottaro, del Cristo del Descendimiento que vino a sustituir a la desaparecida cuando los  sucesos de 1936. Parece ser, según los familiares  del artista, que el escultor alargó las piernas del Cristo que eran bastante cortas, realizando este trabajo en la planta baja de una casa de la  calle Vea-Murguía, muy cercana, a la que era entonces la sede de esta cofradía, la iglesia  del convento del Carmen. Posteriormente, esta talla de Bottaro y Pires, fue sustituida, por la  actual de Buiza y se venera -como ya  se sabe- en la parroquia de San Lorenzo. 

        Existe otra obra del gaditano-portugués aquí entre nosotros y de la que ya hablaremos en otra ocasión, pero sí es del maestro el retablo donde se venera a San Nicolás de Bari, en la capilla del Caminito. 

        El monasterio de carmelitas descalzas del Corpus Christi y San José, es una fundación de raíz argelina que podemos fijarla en el año 906, cuando llegan a nuestra  ciudad procedente de la entonces colonia francesa las monjas que habían tenido que abandonar  su monasterio a  consecuencias de la ley Combes, viniendo al frente de ellas  la  madre Margarita Klein, que sin conocimientos del español, entro en conversaciones  con otras monjes y autoridades  eclesiásticas gaditanas hasta  poder fundar su actual convento radicado en el barrio  de San Carlos, zona de la ciudad que les parece mas conveniente "por  su tranquilidad" y vistas al mar. 

        Para  los estudiosos y amantes de las estadísticas y otros datos, esta imagen del Carmelo, hermosa y devota, jamás ha  procesionado ni  ha   sido revestida de tocas o mantos. Luce  la Virgen, corona de plata dorada del siglo XVIII de orfebrería granadina, con punzón de "porro" y "granada" emblemática y característica de la ciudad donde fue concebida, siendo restaurada en  el año 1991, por  el famoso orfebre sevillano Seco, que ha devuelto a la  alhaja todo el esplendor que, en parte, había  perdido. 

        Llegó a ser tan famosa en su tiempo esta escultura, de la Virgen del Carmen,  que varios  conventos  de la orden desearon poseer también  el mismo  tipo de talla, realizada  por Pires, pero el escultor tan  sólo llego a hacer ésta, que llena y se enseñorea de la  pequeña iglesia situada  en la plaza de Arguelles, frente al mar, aquel que tanto les  debió  gustar a   las monjas  francesas que llegaron a  Cádiz  en 1906,  procedentes de Argelia.

 

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