En 1848, la cofradía del Santo Entierro gaditano,
ve la necesidad imperiosa de encargar proyectos para
la construcción de una urna que portara en la
procesión del Viernes Santo el cuerpo del Yacente,
pues la que hasta esa fecha salía era prestada por
ser propiedad de un particular. Y aunque logra
adquirirla en 1844, parece ser que no llenaba del
todo las expectativas de los cofrades; y eso que las
crónicas de la época nos dicen que era una
"pieza toda de ébano con aplicaciones en
plata".
Desgraciadamente esa urna no ha llegado hasta
nuestros días siendo tal vez destruida cuando, por
fin, la cofradía logra ver terminada, después de
terribles esfuerzos, la actual de plata de ley.
El platero escogido, en un principio fueron dos,
Pedro Cardín y Manuel Ramírez y Serrano, el
primero después de un tiempo se retira, logra poner
la paciencia de la tenaz junta de gobierno al límite
con su poca, mejor dicho nula, formalidad a pesar de
que dicha junta y cofradía en general pone en manos
del platero cuanta plata solicita y cuanto dinero
demanda.
Trece años (1852-1865) costó hacer la gran urna
procesional en cuyo presupuesto no es ajena la
generosidad de la reina Doña Isabel II, cuando
visita durante unos días la ciudad de Cádiz y
conoce la obra a medio acabar y promete – y da –
la ayuda necesaria para su mejor terminación. Esa
visita regia a la ciudad de Cádiz se efectuó en
1862.
Pero hoy bien merece la pena las vicisitudes de toda
índole por las que pasó la junta de gobierno de la
cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad y Santo
Entierro de Ntro. Sr. Jesucristo, y bien merece la pena
que se visite y conozca esa verdadera joya que es
ese sepulcro argénteo en que cada Viernes Santo es
procesionado a ruedas por las calles de la ciudad
tanto la talla del Yacente dentro de su urna; así
como en paso también de plata la imagen de la
Virgen de la Soledad.
La joya está permanente expuesta en su capilla de
la Catedral Vieja de la Santa Cruz donde tiene su
sede canónica esta cofradía gaditana fundada allá
en el siglo XVI.
Toda la historia de esta corporación nazarena está
recogida en un libro firmado por quien escribe
titulado "La Real Cofradía de María Santísima
de la Soledad y Entierro de Cristo, fundada en la
ciudad de Cádiz". Noticia histórico-artística
(Siglos XVI al XX), libro lujosamente editado por la
propia cofradía ilustrado por numerosas fotos en
blanco y negro y color, además de planos
explicativos de esta ejemplar cofradía gaditana que
tanto ha vivido y puede contar a lo largo de cuatro
procelosos siglos de historia.
Ángel Mozo Polo