Escultores e Imagineros de la Pasión gaditana

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Francisco de Villegas 

(1585-1660 ó 61)


        Escultor nacido en Toledo, pronto se traslada a Sevilla acogiéndose al buen ambiente de trabajo que se disfrutaba en la hermosísima ciudad "Florencia del sur de España".

        Y en Sevilla entra a trabajar con el genio de Juan Martínez Montañés (1568-1649) con el que llega a contraer lazos familiares a través del matrimonio del artista de Alcalá la Real con doña Ana de Villegas, su primera mujer, nupcias que se celebran en 1587.

        Trabaja con el maestro Montañés entre los años de 1614 a 1618, es decir, cuando el artista contaba veintinueve años. Colabora con el "genio" y bien satisfechos podemos sentirnos los gaditanos al contar en nuestros templos con singulares obras de Villegas.       

        En 1620 abandona Sevilla para trasladarse a Cádiz. Aquí había también un buen ambiente de trabajo pues no olvidemos que la ciudad se estaba reconstruyendo del asedio y saqueo sufrido por la escuadra anglo-holandesa en 1596. Templos y cofradías intentaban reponer lo destruido robado por los invasores. Nuevas fundaciones religiosas se iban asentando en la ciudad y el ritmo de trabajo era verdaderamente febril.

        Aquí encuentra el maestro clientes nuevos, y es en 1650 cuando es nombrado Escultor de Cámara del Obispado gaditano.

        En 1624 realiza por encargo de Hernando de Pareja la excelente talla de Jesús Yacente para la cofradía del Santo Entierro, fundada en el monasterio de los franciscanos en el siglo XVI.

        Fue contratada la hechura prodigiosa del Yacente gaditano el día 14 del mes de abril de 1624 y su coste se fijó en 1.400 reales, cumpliendo el artista perfectamente con la cofradía y con Hernando de Pareja todo lo estipulado con el contrato que se conserva.

 

 

       Otras obras de Francisco de Villegas en la capital, son los Santos Patronos, Servando y Germán, que se veneran en el altar mayor del templo del Rosario; un Cristo atado a la columna que está en la iglesia de San Juan de Dios; un crucificado, de tamaño académico, que preside el manifestador del retablo mayor del templo de los franciscanos; además de otras atribuciones más o menos verídicas. Parece asimismo que suyo es el San Juan de Dios de la iglesia de igual nombre, aunque esta talla fue igualmente adaptada por los artistas genoveses del XVIII a los gustos imperantes. En la iglesia castrense y diocesana del Santo Ángel Custodio, se venera una Santa Bárbara que según los entendidos bien puede ser una obra de este artista.       

        En el ámbito de las imágenes pasionales, también hay que adscribir a la nómina de obras del toledano la escultura del Señor de la Salud del templo de Santo Domingo, icona que algo conserva de los rasgos físicos que el artista imprimió, aunque posteriores malas restauraciones la han desfigurado cantidad. Coincidente con esta talla de candelero es el famoso Nazareno de Medina Sidonia, perfectamente hasta ahora conservado. Para las poblaciones gaditanas de Vejer de la Frontera y Conil de la Frontera, hizo igualmente sendas tallas del Nazareno.

 

Ángel Mozo Polo

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