Francisco Buiza Fernández (Carmona, 1922 –
Sevilla, 1983) ha sido uno de los imagineros más
importantes y prolíficos del siglo XX, su obra ha
quedado repartida por diferentes puntos de la
geografía andaluza, pero buena parte de la misma la
podemos contemplar en los templos de nuestra ciudad
y en el haber de nuestras Hermandades y Cofradías,
para las cuales trabajó.
Es por medio del cofrade sevillano Juan Pérez Calvo
por el que aparece la figura de Francisco Buiza en Cádiz,
y es que, en sus comienzos como imaginero, trabajó
para su taller. A partir de estos primeros encargos,
Buiza, comienza a ser conocido por los cofrades
gaditanos, que ven en él un paso más allá de la
obra que Miguel Láinez había realizado para las
Cofradías de Cádiz en los años de postguerra.
Así, comienzan a sucederse los encargos de nuevas
tallas para distintas Hermandades que, o bien
sustituían a sus imágenes titulares, o bien
solicitaban nuevas tallas para completar sus
misterios. Por ello, vamos a realizar un breve
recorrido, siguiendo el orden cronológico, por la
obra que Francisco Buiza dejó en Cádiz.
Como mencionamos, las primeras obras de Buiza para
nuestra ciudad se gestionaron a través de Juan Pérez
Calvo; así, la primera contribución de Buiza para
la Semana Santa gaditana fueron cuatro cabezas de ángeles
alados, en 1956, que vendrían a decorar las
esquinas del paso de misterio de Nuestro Padre Jesús
de la Sentencia, cuyo paso estaba siendo realizado
en los talleres del citado Juan Pérez Calvo; estos
ángeles no fueron policromados por su autor, por lo
que perdieron parte de su fisonomía original.
Dos años más tarde, realiza para esta misma
Corporación del Miércoles Santo gaditano las imágenes
secundarias del paso de misterio; para ello, sigue
el esquema iconográfico que fijo el imaginero
Castillo Lastrucci en el paso de misterio de la
Hermandad sevillana de la Macarena. Así, realiza
las imágenes de Pilatos (sentado en su trono
imperial), Claudia Prócula, un esclavo, un romano y
el lector de la sentencia. Estas imágenes han sido
restauradas por Arturo Torres Vivas entre 1998 y
1999, perdiendo su policromía y rasgos originarios;
además, este autor ha incluido un nuevo romano que
completa el paso de misterio.
Los siguientes encargos los recibe de la Cofradía
de la Piedad, para la misma realiza las tallas de
María Santísima de las Lágrimas, San Juan y María
Magdalena. Las dos primeras las realiza en 1958,
siendo la imagen de María Magdalena de 1960;
debemos destacar la categoría de esta última
imagen, que sin duda hizo que el nombre de Francisco
Buiza se asentara en Cádiz. Estas tres imágenes
procesionaron en un principio acompañando en su
paso de misterio al Santísimo Cristo de la Piedad,
pero ya en 1997 la Virgen de las Lágrimas pasó a
procesionar bajo palio, siendo cubierto su lugar en
el paso de misterio por la talla de la Virgen de la
Consolación, obra de Luis González Rey.
Hacia 1960 también podemos situar dos
restauraciones que practica sobre Titulares
gaditanos, la primera a la Virgen de la Soledad, de
la Cofradía del Santo Entierro, a la cual afina su
policromía y realiza un nuevo juego de manos, que
sustituyen a las que ya realizara Miguel Láinez en
años precedentes. La segunda restauración fue
sobre la anterior imagen de la Archicofradía de la
Resurrección, en la que repasa su policromía.
También por esa fecha realiza los cuatro ángeles
que decoran las esquinas del antiguo paso de Jesús
de la Salud, de la Cofradía de las Cigarreras,
andas que se realizan en los talleres de Juan Pérez
Calvo. Hoy ese paso es empleado por la Titular
gloriosa de esa Hermandad, la Virgen del Amor
Hermoso, para su salida procesional el 15 de agosto.
Y como última obra a citar de esta que podemos
llamar primera etapa está el crucificado que se
venera en el Colegio de la Salle-Mirandilla, imagen
de tamaño menor al natural y algo desproporcionada,
la misma se bendijo el 12 de noviembre de 1961.
No será hasta 1967 cuando Francisco Buiza vuelva a
trabajar para las hermandades gaditanas. Sin
embargo, la imagen que realiza es considerada por
los expertos como una de las mejores, si no la
mejor, de las que talla el imaginero de Carmona: María
Santísima de la Trinidad. Esta imagen marca un
antes y un después en la producción mariana de
Buiza; tanto es así, que tras el éxito cosechado
por esta talla este imaginero llega a ser
considerado como uno de los maestros de la imaginería
procesional del siglo XX.
Tras ello, la Archicofradía de la Palma decide
encargarle en 1969 la reforma del Santísimo Cristo
de la Misericordia, donde Buiza vuelve a demostrar
su calidad como imaginero, ya que a la cabeza
originaria de este crucificado le acopla un nuevo
cuerpo, ya que el anterior era de menor tamaño que
el natural. Tras esta operación restaura también a
la dolorosa de esta Corporación del Lunes Santo
gaditano, a la que repolicroma el rostro y le acopla
un nuevo candelero.
En 1973, un hermano de la Cofradía del Medinaceli
dona a esta Corporación una imagen de San Juan
Evangelista para que acompañara a María Santísima
de la Trinidad en su altar de cultos. Esta talla es
copia exacta del que realizara Hita del Castillo
para la Hermandad sevillana de la Amargura, que el
mismo Buiza había restaurado recientemente.
A finales de la década de los setenta, del ya
finalizado siglo XX, se multiplican los encargos. Así,
en 1977 talla las imágenes titulares de la Cofradía
del Descendimiento: el Santísimo Cristo del
Descendimiento y María Santísima de los Dolores.
Para esta Hermandad comienza a tallar las imágenes
de los Santos Varones: Nicodemo y José de Arimatea,
que no pudo concluir debido a su fallecimiento en
1983, estas imágenes fueron concluidas y entregadas
por su discípulo Francisco Berlanga de Ávila.
Ese mismo año realiza la talla de María Santísima
de la Salud, para la Cofradía de la Sanidad, que
sustituye a la imagen que realizara Miguel Láinez.
También, en 1979 realiza para la Cofradía del
Perdón la imagen de María santísima del Rosario
en sus Misterios Dolorosos, que sustituye igualmente
a la que anteriormente realizase Miguel Láinez; en
esta Cofradía se da la feliz coincidencia de que
para ella trabajaron dos de los artistas más
importantes del siglo XX: Luis Ortega Brú y
Francisco Buiza.
Además, debemos destacar que se da la curiosa
circunstancias de que las cuatro dolorosas titulares
que procesionan en la Madrugada gaditana (Salud,
Dolores, Trinidad y Rosario) fueron talladas por
Buiza.
El último trabajo de restauración lo realiza entre
1978 y 1979 sobre la imagen de Nuestro Padre Jesús
de la Paz, de la Cofradía de la Borriquita; en este
caso realiza un nuevo cuerpo, quedando sólo la
mascarilla original del Señor de la obra que
realizara el imaginero Miguel Láinez.
En 1980 vuelve a trabajar para la Archicofradía de
la Palma, en este caso en la decoración del paso
del Santísimo Cristo de la Misericordia, para el
mismo realiza un Arcángel Eucarístico, que se sitúa
en el frontal del paso; las tallas de los cuatro
Evangelista, que aparecen en las esquinas; cuatro ángeles
sedentes, que decoran los ángulos del paso; doce
cabezas de ángeles alados y dieciséis ángeles
querubines que decoran la canastilla del paso. Decir
que toda esta decoración se conservará en el
futuro paso que Antonio Martín Está realizando
para esta Archicofradía, y se verá ampliada por
obras también de pequeño formato de Luis González
Rey.
Finalmente, trabaja para la Hermandad de las Aguas,
para la cual realiza las imágenes de sus Titulares:
el Santísimo Cristo de las Aguas, realizado en pino
de flandes, y María Santísima de la Luz, réplica
de la dolorosa de la misma advocación que se
conserva en la Parroquia de San Antonio; ambas imágenes
las talla en 1982.
Con ello, hemos recopilado la obra que Francisco
Buiza Fernández dejó en las Hermandades y
Cofradías de Cádiz. Por suerte contamos en la
ciudad con una imaginería de gran calidad, entre la
que destacamos las obras de este insigne imaginero
del siglo XX; esperemos que estas tallas se
conserven a lo largo de los siglos como las
concibió su autor y no sufran absurdas reformas o
restauraciones, como las que han padecido ya las
imágenes secundarias de la Cofradía de la
Sentencia.
Así, puso fin a su obra Francisco Buiza, ya que en
1983 tras una dolorosa enfermedad le sobrevino la
muerte. Eso sí, dejó su legado en numerosos
artistas que frecuentaron su taller y aprendieron
las técnicas del maestro, entre los cuales podemos
destacar a Juan Manuel Miñarro, Francisco Berlanga
y sobre todo a Luis Álvarez Duarte.
Ignacio
Robles Urbano
Bibliografía
empleada:
· Buiza,
Pedro Ignacio Martínez Leal. Guadalquivir
Ediciones, Sevilla (2000).
· Artículo
"La obra gaditana de Francisco Buiza".
José Luis Ruiz Nieto-Guerrero. Revista "A paso
Horquilla" (2000).
· Fotografías: Diario de Cádiz.
Hemos
recibido
visitas desde julio de 2001